Discovery Mexico Más Vacaciones, Más Diversión

La Caída del Imperio Azteca, Historia

Regresar

En ese año, unas 38 provincias estaban bajo el dominio de Tenochtitlan. Pagos, tributos y sacrificios humanos eran eventos obligatorios que los pueblos subordinados debían experimentar con el fin de mantener la grandeza y el dominio de la ciudad-estado. Por ello, los aztecas eran odiados por sus vecinos y otras culturas bajo su yugo. De este modo, no sorprende que Cortés pudiera aliarse con pueblos como el tlaxcalteca en su camino hacia Tenochtitlan para vencer a los aztecas.

Diferentes factores contribuyeron a la caída del imperio y, a la vez, a la conquista española. De acuerdo con sus creencias, los aztecas sabían que la era llamada del Quinto Sol estaba por llegar y un signo de ello sería la presencia de un dios. Moctezuma II, el gobernante de esa época, vio en Cortés la presencia de ese ominoso dios y la interpretó como la proximidad del fin. Por otra parte, la codicia de los españoles era inmensa y se incrementó sin cesar cuando vieron el oro al alcance de la mano. El catolicismo y el militarismo reemplazaron la cosmogonía azteca a través de la espada y la cruz. Más aún, si la codicia motivó a Cortés y a sus hombres, enfermedades como la viruela, traída por los europeos, ayudó a la misión matando miles de nativos.

En 1519 Cortés, enviado por el gobernador de Cuba, Velázquez, llegó cerca de la 'Villa Rica de la Veracruz' y se anunció como el comandante supremo. Con 400 soldados y 15 caballos, Cortés fue recibido por Moctezuma quien le dio la bienvenida e incluso le asignó una intérprete, una mujer llamada Malintzin. Cuando los aztecas se percataron de que Cortés no era un dios, lo trataron con respeto y le obsequiaron oro y tesoros. Por ello, Cortés tomó a Moctezuma como rehén y demandó más riqueza.

Los soldados españoles permanecieron en la ciudad sin que la gente se opusiera a ellos por espacio de 6 meses. Sin embargo, durante la ausencia de Cortés, el oficial español Pedro de Alvarado masacró a unos 200 aztecas pertenecientes a la nobleza que se había reunido para celebrar una ceremonia. Los aztecas se defendieron para expulsar a los españoles de Tenochtitlan y muchos de ellos murieron ahogados en los canales que rodeaban la ciudad, junto con sus pesadas cargas de oro recién saqueadas. Moctezuma murió en esas batallas y Cuitlahuac, su hermano menor, lo sucedería. Sien embargo, Cuitlahuac sólo gobernó unos cuantos meses pues moriría de viruela. Cuauhtemoc, sobrino de Moctezuma, fue nombrado emperador entonces.

Los españoles recularon para reunir fuerza y aliados y regresaron a Tenochtitlan para sitiarla. Finalemente, el 13 de agosto de 1521, después de meses de batallas inequitativas, concluyó la caída de Tenochtitlan. Las armas españolas que incluían hierro, pólvora y caballos, desconocidos hasta entonces por los aztecas, así como la determinación de los pueblos aliados a los conquistadores que vivían bajo el dominio azteca, fueron factores cruciales para la caída de la ciudad.

El Imperio Azteca había sido destruido. Las ruinas de Tenochtitlan fueron la base sobre la que los españoles construyeron una nueva colonia. Hoy en día, la catedral de la ciudad de México se levanta sobre las ruinas de un templo azteca y el Palacio Nacional ocupa la superficie de lo que una vez fuera el palacio de Moctezuma. La grandeza de esta civilización influyó notoriamente en el desarrollo de México. La agricultura, la arquitectura, la religión, la astronomía, el comercio y la artesanía fueron sólo algunos campos en los cuales los aztecas sobresalieron.

Extensamente documentado, el fin de la civilización azteca marcó también el final de las civilizaciones mesoamericanas. Por ello, la formación de una nueva raza estaba por comenzar. Una colonia española, la Nueva España y después, una nueva nación, México, florecieron como resultado del choque entre dos mundos, Europa y Mesoamérica.